Del mar a
la montaña
Después del Trail dos Indios tomé la decisión de meterme en esta aventura sabiendo ya que sería la última (de las gordas) este año. Una semana de volumen y otra semana de descarga, no había más, pero si mucha ilusión por compartir este desafío con "lxs Jarnachas". Fueron ellos los que me convencieron de participar.
Salí de A Coruña, sobre las 12 del mediodía del viernes, es decir, 12 horas antes de la carrera. El coche lleno hasta los topes, con la "camperización", ropa y material de aseo y de carrera.
El viaje no se hizo largo, ya que paré sobre las 15 horas en una estación de servicio, donde me dio tiempo a comer y echarme una siesta. Cuando me di cuenta ya estaba en San Vicente de la Barquera recogiendo el dorsal y tomando algo con los compañeros.
Dio tiempo aún a echarnos otra siesta antes de vestirnos y la salida.
Al lío
OBJETIVO:
Como objetivo llevaba hacerlo en menos de 14 horas. Y con estas miras salí de San Vicente.
La carrera parecía que tenía 2 partes bien marcadas, la primera, hasta la base de vida (km 41), muy rápida y sin apenas desniveles importantes; y la segunda, de la base de vida a meta, con 3 grandes canales de subida y bajada.
Como aquí veníamos a disfrutar (o esa era la primera intención), me dejé ir en la salida, cogiendo un ritmo muy cómodo para afrontar la segunda parte con garantías.
SALIDA:
En el corralito aún nos dio tiempo de hacer unas fotos todo el grupo junto e incluso algunas risas.
Salí tranquilo, intentando disfrutar de la carrera y con un ritmo tranquilo para hacer con garantías la segunda parte de carrera.
En partes del recorrido iba a 4 min/km, lo que no me gustaba nada pensando en la segunda mitad, pero es que tampoco iba fuera de ritmo. Poco a poco comencé a adelantar corredores, muy despacio y conforme había alguna pequeña subida, aún eran más claros los adelantamientos.
Cuando me doy cuenta, veo una camiseta "Jarnacha", es Iván Domínguez y un poco más adelante a Iván Redondo. Ando un poco desconcertado, pero como las sensaciones son buenas, no me preocupo. Así fuimos un buen rato hasta que cada uno cogió su ritmo crucero dependiendo de como iba el desnivel. El que se marchó definitivamente fue Iván Redondo en una bajada. Iván Dominguez y yo llegamos juntos a la base de vida (Lebeña- km 41), donde Iván finalizaba su recorrido para darle el relevo a Manu Ramos y yo me fui directo a buscar la mochila para intentar cambiarme y coger el alimento necesario para afrontar la segunda parte del Desafío.
En la carpa, me encuentro a Iván Redondo que está finalizando de cambiarse (le asiste Esther) y salir de nuevo al recorrido. A mi me ayuda Domínguez (como se agradece). Tomo un recuperador Tailwind chocolate 🍫 y salgo al ruedo de nuevo 🏃.
Con zapatillas, calcetines y camiseta limpias, parece que se va mucho mejor. El barro de esta primera parte era exagerado y no dejaba correr tranquilo. La media de esta primera parte salió en menos de 6 min/km (bastante rápida), pero es que, aunque había mucho barro en los senderos, también hubo mucho asfalto y pista de zahorra que dejaba correr muy bien.
Una anécdota fue que en esta base de vida, llegamos poco más 30 personas, de las cuales, 20 eran de la prueba reina y 10 del recorrido Trail.
La segunda parte iba a ser completamente distinta. Ya mentalizado de ello, comienzo con ganas a un ritmo cómodo para lo que me venía encima. Coincido con varios corredores que adelanto y otros que me adelantan, pero el resultado final es favorable para mi.
Casi al salir del Lebeña, coincido con Alberto Sánchez Bustara (La Braña-Solorunners), un tipo que ya coincidí con él en la Canfranc-Canfranc, un gran atleta y si estaba junto a él, la cosa no iba mal.
Poco a poco se me va escapando y pasando Puertos de Ullances pasa un minuto por delante mía. Su ritmo es mejor que el mío, así que intento no contagiarme. Las carreras son muy largas.
Bajando de Ullances, cojo a un corredor y en un cruce de caminos, cogemos a la derecha hacia arriba (hay una baliza dentro del camino), subiendo no veo ninguna baliza y comienzo a desconfiar, en cuanto puedo, miro el suelo embarrado y no veo huellas de zapatillas, por lo que le digo que tenemos que ir mal, que por allí no es. Vuelvo de nuevo a bajar hasta la baliza, donde coincido con otro corredor (
Andoni Bilbao) que venía hacia arriba, entre los dos conseguimos volver al circuito. Esa baliza está mal puesta (pierdo 6 minutos por gps).
Llegando al Hoyu Moru, me vuelve a coger Andoni Bilbao Zaballa (Club Alpino Samano), que sube como las cabras. Le pregunto por lo que me viene por delante y me dice que el segundo canal es más jodido que este primero, por lo que ya me voy haciendo una idea. Los voluntarios de este avituallamiento son compañeros del cuerpo de bomberos. Salgo delante de Andoni pero en pocos minutos me pasa.
Poco a poco, veo como se va marchando a lo lejos, sobre todo en la bajada.
Comienzo la subida del segundo canal hacia collado de Untuje, efectivamente ya se ve que va a ser más complicado que el primero, así que lo cojo con paciencia pero sin pausa. Andoni se ha ido y por atrás, por atrás no veo a nadie en una buena vista desde lo alto. La bajada se las trae, así que prefiero bajarla lenta (es decir, más lento de lo lento que bajo).
El cuerpo comienza a notarse cansado, pero se que si no hay lesión grave, llegaré a meta. Comienzo así la última de las canales, canal de Cámara. A partir de que corone, ya se que la cosa se hace más liviana, así que, ahí vamos.
Todo el camino en tierra de nadie, así llego al collado de Cámara. Ahora toca una sección de bajada que tomo tranquilo, más que nada porque no tengo muchas fuerzas. Sólo pienso en llegar al refugio. Me pongo como objetivo trotar bajando y en llano y si puedo, así lo haré con poco desnivel positivo, nada de andar. Y así es como llego al refugio de Áliva (avit.). Un pequeño descanso y desde aquí la cosa ya parece más fácil. Cuando salgo del refugio, veo a lo lejos 2 siluetas bajando, cojo una referencia, me llevan sobre 6 minutos. En muchos km voy recortando hasta que llego a ellos. Son una pareja de chavales en la que uno no va muy bien. Después de hacer una larga bajada con ellos, voy escapándome.
Llego a
Los Llanos con bastante diferencia sobre ellos, así que entiendo que ya se quedarán atrás a partir de ahora.
De aquí a meta aún queda lo suyo, nada fácil con los km que llevamos. Pero el objetivo es el mismo. Voy trotando lo que puedo, sin descanso y sin pasarme. Y cuando me doy cuenta y levanto la cabeza, antes de llegar al final de la primera subida después de Los Llanos, veo un corredor a pocos metros mía, es Alberto Sánchez (de nuevo) que está pasando un mal momento. Esto me da a mi un buen subidón y a no bajar el ritmo que llevo. Poco a poco lo voy dejando atrás. Aún quedaba subir al Alto de San Martín y pasar por la Cruz de la Viorna, pero ya mi ritmo era de tractor con reductora y Alberto no sería capaz de alcanzarme.
Ya se ve a lo lejos Potes, no desisto por si acaso, pero ya estoy seguro que por atrás no hay nadie que pueda alcanzarme y por delante mía, pues por delante no tengo ni idea de como va la cosa, pero ya casi me da igual, pues escucho ya la meta.
Miro la hora, bastante menos de las 14 horas que tenía como objetivo, así que entro victorioso en mi desafío.
En meta están esperando los amigos y amigas Jarnachas que me acogen como a un hermano. Allí estamos, sentados y con cara de muerto, pero muy vivo. Jojojojojo.
DATOS:
🏃 91 km (6200m+)⌛ 13:31:05 horas
🏆 15º posición (8º vet. I)
💦 12 Tailwind Endurance + auga + 1 recovery Tailwind Tailwind
🍬 🍌+🍫+🥪
👟 Tomir 2.0 + Tomir 2.0
🏁 1 Recovery Tailwind chocolate